martes, 20 de marzo de 2007

A quien le interese

Antes de empezar con las mariconaditas* de poner gonito el blog y todo eso, voy a empezar directamente, ya cuando tenga tiempo y ganas empezare a decorarlo todo.

Así pues este sera el primer relato, por ahora no he pensado en la estructura que quiero darle a los relatos, no quiero pensar mucho en lo que escribo ni hacer obras maestras. La idea por ahora es escribir lo primero que se me ocurra, sin guión ni relación (aparente) entre relatos.

Como extra pondré en cada relato que música escribía al empezar y al terminar el relato.


"A quien interese" (Muse - Invincible)

El desgraciado terminó de escribir en aquella desgastada pared de piedra. Palabra tras palabra su historia había sido transcrita con la única ayuda de una piedra afilada que había acabado por cortarle profundamente la mano. La sangre se deslizaba por su mugriento brazo, goteando en el suelo.

Había pasado demasiado tiempo desde que le habían encerrado allí, ya no recordaba nada. Si había sabido alguna vez la respuesta a las preguntas por las que le retenían allí, las había olvidado hacia tiempo, demasiado tiempo.

No recordaba su nombre pero no olvidaba el de su torturador.

No recordaba el tacto de la ropa limpia pero conocía perfectamente el olor del metal quemando su piel.

No recordaba el sabor de la comida y sin embargo no dejaba de sentir un hambre que no tenia la compasión de matarlo.

El preso miraba atentamente la pared leyendo una y otra vez las palabras que había escrito en ella. De alguna forma sabia que lo que decían era cierto, pero para el carecían ya de significado. Su mente no era capaz de relacionarlas con nada.

Noche tras noche escuchaba los gritos de los condenados, los últimos estertores de los que eran bendecidos con la muerte. Cuando el sol despuntaba en el horizonte sus carceleros se encargaban de despertarlo y arrastrarlo a través de infinidad de pasillos hasta la sala donde sería interrogado una vez más.

Agarró la piedra con fuerza y sin un atisbo de duda rasgo su brazo hasta sentir la sangre fluir sin parar fuera de su cuerpo. En unos minutos estaría muerto y podría descansar en paz.

Cuando el sol volvía a ocultarse, era devuelto a su celda y atado a la tabla de madera que era su cama. Durante una hora sus torturadores se encargaban de retrasar su muerte, le trataban las enfermedades que había contraído, le curaban todas las heridas y le inyectaban sueros que lo alimentaban. Luego dormía y despertaba sano de nuevo un día más para repetir el proceso.

Mientras sentía como todo su cuerpo se relajaba miró la piedra que había conseguido agarrar durante el viaje de vuelta a su celda. Su mirada viajó de la piedra a los cadáveres de sus torturadores. Aquellas criaturas no se parecían a él, o eso creía.

A pesar de su estudiada forma de tratar a los prisioneros, no deberían haberle sanado una y otra vez, al menos no completamente. Un prisionero acostumbrado al dolor podía hacerse con un arma y matar a sus guardianes, solo era cuestión de tiempo.

Una sonrisa se dibujó en sus labios a medida que sus ojos se cerraban para siempre, la muerte era la única forma de escapar de allí, pues nunca sería capaz de salir de aquellas mazmorras.

Su cuerpo se desplomó en el suelo, la vida lo abandonó mientras repetía las palabras que, escritas en la pared, se alzaban como único epitafio para la tumba que era aquel lugar.

"No pertenezco a este mundo"

Fin
(Natasha Bedingfield - I bruise easily)


Aaaaaaala! Ya esta! Como todavia no visita nadie este "bloj" (la j es de Madrid) no espero muchos coments, asi que mientras me dedicare a tunearlo.


*No me gustaria ponerlo todo bien y luego no usarlo nada, asi que prefiero ponerme a escribir antes de nada.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Va bien T, sí me gustó ;) y chévere con lo de las canciones :D sería weno ke le pongas un radio al lado para ke podamos escucharlas mientras leemos.
Tiene algún premio el primero en escribir comment!?¿ XD
Beijos!!